jueves, 26 de mayo de 2011

Hércules o la suplencia de la figura del padre en la fase del Edipo (con resolución heterosexual)




"Y mientras él se va a buscar aventuras, tú y yo le esperaremos en casa, yo le tejeré un chalequito nuevo, muy bonito, para que cuando vuelva tenga ropa nueva y limpia".
"¡Sí! Y Marina intentará enamorarle a mis espaldas, pero él me elegirá a mí, ¿verdad? Y ella se quedará con las ganas, porque él solo me quiere a mí, ¿verdad?".
"Claro que sí, cariño, claro que te quiere a ti. Ahora come, que ya son las tres".


Es el engranaje perfecto.
La configuración psicológica se corresponde a la perfección con este hallazgo.
Aunque hay que decir que además de los parámetros resolutivos de la heterosexualidad (madre: modelo; padre: objeto sexual) también hay una cierta miscelánea. Padre: objeto sexual, modelo; madre: modelo.

Interesante.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Anomia

Se puede hacer un estudio completo sobre la anomia y escribir más de un millón de palabras.
La anomia es dura y cruel con cierta clase de seres humanos.

La enfermedad duerme hasta que en momentos puntuales surge un nuevo brote, que se apaga cuando se encuentran las motivaciones necesarias, para volver a su estado de sueño.

Yo, soy anómica toda mi vida y lo reconocí el día 10 de diciembre del año 2009.
Hasta ese momento, simplemente había sido infeliz.

Hoy he recuperado el pensamiento que ese día me hizo llegar al diagnóstico definitivo, que cito a continuación:

Hoy ha sido un gran, grandísimo día.
He aprendido muchas cosas, sobre todo una.

Hoy he descubierto la razón de mi desazón permanente y preocupante. Tristeza que me acompaña toda mi vida, a épocas más punzante, pero siempre.
El diganóstico dice que padezco de anomia.
Anomia crónica.

Pensando y pensando en este descubrimiento que me ha abierto los ojos para conmigo, he llegado al origen de tan desdichado trastorno.

Desgraciadamente confieso que nací tarde. 
Tal vez debí nacer junto a lo que serían mis compañeros de "la generación de los últimos hombres felices". 
Me pareció hermoso lo que dijeron de ellos: los últimos artistas que fueron felices al exponer su arte, los últimos que disfrutarían de la libertad de ser felices creando, porque después vendría la primera Guerra Mundial y más tarde la segunda y así hasta el día de hoy, donde ya nada es como era. 
Se dice de ellos que salían a las calles a gritar y escribian sus poemas en los muros de los edificios y contrataban bailes y música cuando salían a la venta sus nuevos libros. 
En fin, lo dicho; eran libremente felices, así como felizmente libres.

En realidad esta explicación sólo es la consecuencia del verdadero origen de mi enfermedad.
El origen de los orígenes no es sino mi espíritu.  
[...] 
Tengo la necesidad de sentir haber cambiado el mundo para poder ser feliz.

Por eso, sencillamente, no lo soy.

Además, a estas alturas, ¿quién va a ser capaz de darle un giro a esta arraigada y servil concepción de la existencia humana?

Creo que el sentido de mi vida siempre ha sido ese, aunque nunca le puse nombre ni supe identificarlo: cambiar el mundo con mi paso por la vida.

No digo que no lo intentaré, porque no vivo sino para llevarlo a cabo, sólo espero conseguirlo, si no con todo el mundo, sí con una pequeña parte de él.

Ahora que sé el porqué de mi insufrible anomia, estoy un poco más contenta y más predispuesta a vivir.

El haber descubierto mi intrínseca neurosis y haber atado cabos es por lo que califico este día como un gran, grandísimo día.
                                 10/12/09, 15:25. Fuente: Un fotolog ya olvidado. 


Como se puede observar, mi persona ha evolucionado de modo que lo que descubrí ese día se da por hecho, es algo que me pertenece de una manera tan obvia que jamás nadie, ni yo, puede pensar que algún día lo descubrí, y no que era algo que sabía desde que nací, como beber cuando se tiene sed.

Es terriblemente hermoso recordar el día en que tu vida cambia, aunque sean muchos los días como ese.

Sí, el reconocimiento de la anomia me hizo acercarme más al ser humano y su condición, identificarme con cierto sector geográfico que la sufrió de una manera desgarradora, que la sigue sufriendo, el creador del concepto. Un sector dulce y huérfano, un niño que no llora porque no le quedan lágrimas.
Un agujero negro que me absorbió y que jamás podrá soltarme.

Pero hay excepciones.
"La anomia no te toca, no puede tocarte, eres inmune [...]"
Es el concepto absoluto, es la respuesta a todos los porqués.


Hoy, por primera vez en mucho tiempo, 
también siento el violento deseo de convertirme en Psique.


________________________________________________________________________


Anexo:


[...]Según Durkheim, la anomia implica la falta de normas que puedan orientar el comportamiento de los individuos. Cómo los individuos se comportan ante la situación de anomia fue categorizado por Merton con una Tabla que desarrolla la "Teoría de la tensión" así:
* Conformismo o inactivo y posturas activas de innovación (cambio)
* Ritualismo (acomodación)
* Retraimiento o rebelión, según el mayor o menor grado de aceptación o reyección de fines propuestos y medios disponibles y de su nivel de disconformidad en la adecuación de expectativas y logros.


Reminiscencias de Blas de O. o de B. de Otero.

                                           Oh, Dios. Si he de morir, quiero tenerte
                                          despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo,
                                          oirás mi voz.
                                                                                    Blas de Otero. 


Á-N-G-E-L C-O-N G-R-A-N-D-E-S A-L-A-S D-E C-A-D-E-N-A-S.


Oirás mi voz,
oirás mi voz,
oirás mi voz.


Es ineludible el oírla. Es la condición básica.
Vamos a dejar a un lado los trastornos afásicos
y a hacer que la voz se escuche
por cada rincón del Planeta Azul.




[Bibliografía de referencia: http://www.palabravirtual.com/index.php?ir=ver_voz.php&wid=2858&t=Hombre&p=Blas%20de%20Otero&o=Pedro%20Mar%EDa%20S%E1nchez ]

viernes, 20 de mayo de 2011

Too much love will kill you / ¿Encontraste al que vuela?

Psicopatologías de la vida cotidiana. (Según Freud y alguien más).

Vale, a partir de ya
voy a convertirme en una persona normal.

Ahora, pondré el Manifiesto político y moral
que establecí hace un par de años.
Simplemente por recordarlo,
nunca está feo
recordarlo.


Espantapájaros 1 (Oliverio Girondo)

No sé, me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;

un cutis de durazno o de papel de lija.

Le doy una importancia igual a cero,

al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;

¡pero eso sí! - y en esto soy irreductible 
no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.

¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.



lunes, 9 de mayo de 2011

Iron maiden

Nunca pongas punto a los títulos o encabezamientos.
Con lo que a mí me gusta.

Me imagino a María dentro de María dentro de María.
La verdad es que a la María más chiquitita
no le gusta ahora mismo ser María,
porque tiene demasiados clavos alrededor que azuzan,
son puertas con clavos que azuzan,
como si la Dama de hierro moviera su puerta muy rápido,
cada vez haciendo el ademán de que la puerta
está mas junta del cuerpo
y que en una de esas se clavarán.
Es raro el planteamiento, pero se puede seguir.
Hay demasiados clavos/flancos.

Exactamente cuatro.
Unos más cercanos del cuerpo, más largos,
otros más modestos, pero todos clavos,
oxidados y amenazantes.

Son poderosos pero se pueden vencer,
esquivándolos o moviéndote lo menos posible cuando están clavados,
resistir el dolor y, al abrirse la puerta por fin,
curar las heridas poco a poco e intentar seguir como si nada.

Sería maravilloso esquivarlos.
Sería una hazaña salir ileso de la Dama de hierro.
Sería mítico.

Pàtrocle me protege, hace todo lo que está en su mano.
Es un versus, Pàtrocle vs. Dama de hierro.
Y si gana Pàtrocle y me salva,
yo le amaré de por vida.

domingo, 8 de mayo de 2011

Analogías: resolución.

Tengo una buena (muy buena) noticia. Encontré mi pendiente de plata.
Tengo en una mano el adaptador y en la otra mi querido pendiente.
Parece que nada puede ser más perfecto.

Pero hay algo más.
Esta divertida analogía con la vida culmina en una paradoja sorprendente y positiva.

Buscando mi pendiente de plata encontré otra cosa que,
al igual que el pendiente tiene ahora,
hace unos años tenía una gran carga de valor sentimental.

Es una de esas cosas en las que piensas alguna noche,
cuando acabas de meterte en la cama, le das vueltas y vueltas,
¿dónde estará? Ojalá volver a verla.

Y llega el día en el que pensando en un pendiente de plata la encuentras.

Entraste en el túnel con nada, y saliste con dos tesoros, más el instrumento que tenías.

Vaya, vaya. Me gusta la vida si se corresponde analógicamente a mi aventura con el sinfonier.

Moraleja: Para poder recuperar o conseguir algo que verdaderamente necesitas y sinceramente deseas, hay que luchar.
Moraleja dos: Tal vez si luchas, además de obtener lo deseado, encuentres satisfacciones inesperadas y no necesariamente relacionadas con tu objeto de búsqueda.

Conclusión: Lucha.

sábado, 7 de mayo de 2011

Analogías

Anteayer encontré debajo de la cómoda de mi habitación un adaptador que me ha salvado la vida en el momento adecuado. Hacía casi dos años que no sabía de él.
A mí me hace gracia, primero porque apareció en el momento justo,
segundo porque se llama "burn, intense energy (marca registrada)".
A cambio perdí mi pendiente de plata.
A mí me hace llorar, perder mi pendiente de plata. Mi favorito.
Pero ahora está debajo de la cómoda y ya no hay retorno.

Qué curioso, la vida es una clara analogía.
En realidad es lo mismo, tan o más humillante.
Encuentras algo que necesitas en ese momento concreto
pero renuncias, siempre renuncias.
Y son renuncias cruciales, pérdidas gravemente mortales,
dolorosas y trágicas.

Pérdidas de plata.

Porque solo hay una vida, y solo hay un camino.
Y es que un simple adaptador no se puede comparar a un altamente cargado de valor sentimental pendiente de plata, lo que nadie imagina es que tal vez el adaptador sea una basura, pero conduzca a algo, a algo quizás mejor (pero qué digo) que un pendiente de plata.

No, imposible.

Pero y si me pongo a buscar como una loca.
Y si encuentro el pendiente.
Y si tengo el adaptador, con sus consecuencias,
y el pendiente de plata.

Y si, y si, y si.
Sí.
¿Sí?

miércoles, 4 de mayo de 2011

Actitud estructuralista para comprender el mundo.

Punto primero, limitarse únicamente a lo que hay dentro de él.
Punto segundo, no realizar hipótesis, sino aceptar los hechos como verdaderos
y después, si hay tiempo, comprobarlos.

Pero limitarse únicamente a lo que hay dentro.

No buscar circunstancias externas,
no buscar excusas, no mirar qué envuelve,
sino únicamente valorar lo implícito, lo que hay,
y basta.

Y es lo que debe ser, aunque no sea.

Urge aplicar los dos principios
para ser un peatón,
para hacer justicia, para por fin
que sea felicidad
y no angustia,
que todas las personas tengan
ojos, nariz, boca,
manos,
a otras personas,
besos y caricias,
promesas,
alegría,
futuro.

El mundo estructuralista es dulce y triste,
arrastra al ser humano, lo somete.
Pero ¿y si es el único modo?
El estructuralismo es un cachorro que puede crecer
crecer mucho, y que lame y nunca muerde,
pero ¿y si crece demasiado?

El mundo estructuralista sería un mundo triste y feliz.

El mundo de hoy es triste y triste, triste hasta morir.
Aunque las personas seamos milagros.
Y es porque el mundo de hoy no tiene personas.

Si con el principio estructuralista se pueden formar personas
podemos dejar que mueva el mundo,
aunque sea sólo hasta que se acostumbre a ser feliz.

martes, 3 de mayo de 2011

Plus el castillo de naipes.

La gente es feliz, pero no sirve de nada.
La muerte nunca es dulce. Nunca hace gracia, nunca.
Y no hay peros.
Incluso las muertes merecidas, incluso.
Porque hay justicia pero, y las consecuencias.
Pone la piel erizada pensar en las consecuencias.
Por favor, que no hayan consecuencias.

Sé que no es la primera vez que lo digo, pero todo son ciclos.
El mundo es un gran ciclo, que gira y duele, gira y duele, gira y duele.

No es que desee darle por fin un toque
al gran castillo de naipes, como muchas otras veces,
pero en realidad nunca,
y si digo que quiero
en realidad será nunca,
no.

Y ahora menos que hace tiempo.
Sigo queriendo poner más cartas,
y más y más y más
hasta construir un castillo único en su especie,
hasta ser única en mi especie.

Pero esa tentación de dejarlo todo e irme
que siempre zanzarea el castillo,
esa salida nada fácil,
ese pasar a peor vida.

Nunca será suficiente para poder hacer
que llegue ese momento,
porque nunca se sabe suficiente.

Hay que conocer caras y vida, hay que formarse
de una manera inevitablemente lenta,
hay que reunir aunque sea la mínima información.

Pero puedo hacer escapadas, puedo, puedo,
por favor.

Que alguien me diga que por fin pronto
podré pisar tierra nueva.