domingo, 3 de abril de 2011

Cronopio circunstancialmente fama.

Tres cronopios y un fama se asocian espeleológicamente para descubrir las fuentes subterráneas de un manantial. Llegados a la boca de la caverna, un cronopio desciende sostenido por los otros, llevando a la espalda un paquete con sus sándwiches preferidos (de queso). Los dos cronopios-cabrestante lo dejan bajar poco a poco, y el fama escribe en un gran cuaderno los detalles de la expedición. Pronto llega un primer mensaje del cronopio: furioso porque se han equivocado y le han puesto sandwiches de jamón. Agita la cuerda, y exige que lo suban. Los cronopios-cabrestante se consultan afligidos, y el fama se yergue en toda su terrible estatura y dice: NO, con tal violencia que los cronopios sueltan la soga y acuden a calmarlo. Están en eso cuando llega otro mensaje, porque el cronopio ha caido justamente sobre las fuentes del manantial, y desde ahí comunica que todo va mal, entre injurias y lágrimas informa que los sándwiches son todos de jamon, que por más que mira y mira entre los sándwiches de jamón no hay ni uno solo de queso.


Julio Cortázar: Historias de cronopios y de famas, "Los exploradores".
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I laugh, now.

En mi mente se desarrolla el resultado
del resultado de un resultado que resultó
de la resolución de un resuelto.

Qué injusto.

"Un cgonopio no debegía sometergse a leyes
que coagten su natugaleza libge.
Nunca debegían bailag tgegua catala espega, 
que es el baile de los famas,
sino llogag pogque los sándwiches son todos de jamón."

Pero ahora un cronopio chiquitito
que se siente fama porque no es libre,
no puede llorar por cosas tontas como siempre hizo
sino que llora por las realmente importantes.
Pobre cronopio chiquitito que le divierte
estar hablando para nadie, porque lo está,
y que a veces le gusta imaginar
que los sándwiches son por fin todos de queso.

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