Y es que nadie sabe el origen de la palabra pupila, excepto mi profesor:
"En Italia, se llamaba a unos muñecos de medio metro o así con los que se hacía pequeñas representaciones en las plazas pupillo y a las muñecas pupilla. Con el tiempo descubrieron que en los ojos de las personas también había muñecos, y quedó esa palabra para nombrar el espejo donde estos se reflejaban.
Por eso, cuando te acercas mucho mucho a una persona puedes verlo, puedes ver el muñequito que se refleja en sus ojos."
Hermoso.
¡Yo también quiero escribir algo de esto! jajajajjajajajajaja
ResponderEliminarMe encanta este hombre de verdad, es un pozo de conocimiento!
Es completamente hierático y carente de emoción alguna, sabe a la perfección todos los idiomas y millones de cosas que nunca nos habríamos preguntado... da miedo.
ResponderEliminarJajajaja Pon* o el Pantocrátor de San Climent de... Filología
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