lunes, 28 de febrero de 2011

Irrationality.

What a disease.

¿Alguna vez has mirado por la ventana?

El modo de hablar es y no. "Yo quiero ese".
Miras por el escaparate y de entre todos señalas con el dedo índice,
"Yo quiero ese". Y no me sirve otro.
Pues es lo mismo.

Hay que pintarse los ojos negros,
colgarse unas cuantas cadenas al cuello
y si no una bufanda larga y de color oscuro o roja,
muy caliente y suave.

O decir: "a la mierda", y cortarse el pelo como siempre quisiste,
"Un long bob, por favor", y ya verías qué modo de hablar,
qué elegancia,
qué desastre, qué ruina, qué "extraño París".

Me gusta el pelo largo y con olor a frutas,
pero un long bob es tan chic.
Es tan "mademoiselle,
est-ce que ça va prendre quelque chose d'autre?"

En fin, el metro de Bristol tiene cadencia suave,
la gente lo espera como a Dios, bueno,
miras desde el andén la vía adentrándose en la oscuridad
y puedes pensar en la película Creep pero no lo haces,
porque el metro de aquí te recuerda más,
es más terrorífico, más oscuro y más triste,
la gente lo espera mirando el reloj y aceptando
que el tiempo se le escapa
y no hacen nada, agachan la cabeza como un "toro triste",
lo observas y te hielas, te duele la piel y el tiempo
porque sabes que eres como ellos, que a ti también se te escapa,
pero tú, en cambio, no quieres aceptarlo.

En fin, hay personas que aún quieren cambiar
estas leyes del universo.
El no aceptar el fin del tiempo hace que te desgarres la piel a tiras,
que choques contra las paredes con estuco blancas
que envuelven tus sueños,
que tu pecho explote con un grito que no has podido dejar escapar
abriendo la ventana de tu habitación mientras las pequeñas luces de las ventanas
ya no son nada comparado contigo, con tu voz, con tu piel a tiras.

What a disease.



That's all, passez une bonne journée.

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