martes, 9 de abril de 2013

Persona y mundo de arriba

Todo lo mío ya lo tienes.

El inusual insomnio permanece a través de mi paladar herido
y cruza noche tras noche con imágenes rápidas y vaporosas.

Son demasiadas horas allá, lejos.

Tus ojos se clavan en cada cosa que miras
y las araña, las sangra.
Desnudo, tu cuello imposible palpita
imperceptiblemente
como si la vida a través de tus arterias fuera otra,
más débil, más sublime,
como una estatua de mármol
o de cera.

¿Te estoy escribiendo un poema?
No pretendo hablar más que de lo imposible,
de esa vida que no existe
y que engaña dulcemente.

Escribo a ese correo que cruza el mundo,
de este a oeste,
con gastos de envío.
Y que no será lo que promete.

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