Hay instantes en los que, satisfactoriamente, te sientes Dios.
¿Alguna vez alguien ha podido juzgarse consciente de su paso por el mundo? Es lo que sucede en los aeropuertos, haciendo las maletas o comprando los billetes. Es un "no necesito nada más. No me busquen por aquí, porque mi vida cambiará minuto a minuto".
Es necesario dejar atrás muchas cosas, dejarte atrás, para poder seguir adelante. Es necesario olvidar tu edén que te aleja de otros edenes quizá, y solo quizá, más hermosos.
Cuando ya tienes los billetes y las maletas y sabes la puerta de embarque, solo queda marchar. Sacrificando todo y a todos por algo incierto y necesario.
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