¿No te pasa que cuando cumples el deseo de toda tu vida ya todo te es indiferente?
¿No te pasa, no te pasa, no te pasa?
A mí me pasa, a ratos.
Pisé tierra nueva. Vi y toqué la "descivilización" que culminaba la más grave utopía.
Olí la ternura más profunda, acaricié la piel más celestial.
Fui testigo de la perfección humana en la tierra del contraste.
El paraíso imperfecto me brindó todas sus virtudes.
Y ahora solo quedan cenizas.
Cenizas y telas con restos de su olor.
Recuerdos en madera y cabaza,
recuerdos en mi mente que valen más que nada en el mundo.
Pero se vuelve al punto de partida,
del paraíso a la tierra,
al gris más puro y sucio,
la desgracia, la tristeza.
"Podemos recordarlo todo por usted", dijo Philip K. Dick,
y tal vez yo haya ido a Marte.
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