Sara me grita desde el fondo de su infierno.
Me implora, quiere salir.
Sara es sólo un árbol sobre el que el débil descansa.
Y el débil que es doblemente frágil llora, también, porque
no tiene futuro.
A lo lejos un festival de guitarras. La voz de
alguien, que
necesita ser
escuchada.
Como Sara, también lucha.
Entre cuerdas y sombras de bosque,
él busca.
¿Dejaremos que
encuentren?
Sara, el doblemente débil, el cantor de bosque
quieren,
exigen,
ser.
¿Dejaremos que luchen
por ser alguien?